Fiel a su cita anual con su contable, Woody Allen vuelve a las pantallas con la película “A Roma con amor” (To Rome with love). Pocas novedades. El personal esquema de comedia de siempre, adornado con algún toque de ingenio, con su sarcasmo judío habitual, y en este caso, contando de nuevo con su propia actuación.
Una combinación que nunca nos resulta aburrida –a los incondicionales–, y con mayor o menor acierto, siempre se agradece un rato de sano e inteligente humor, aunque sea poco novedoso.
Como es frecuente en grandes directores, el presumible final de sus carreras, no suele resultar lo más brillante de su obra (lo comentaba hace poco de Orson Welles, a propósito de “Fake”). Woody Allen no iba a ser una excepción. Y el mantener el nivel de vida de sus mejores tiempos, le viene obligando a buscar fórmulas, –digamos piadosamente–, poco independientes.
Esto se ha traducido, por ahora en Europa, en la obligación de encerrar literalmente su propio guión, dentro de una guía turística de las ciudades que se prestan a contribuir a la financiación del film. A cambio, la promoción de sus encantos, acompañados de todos sus tópicos más folclóricos, sin dejase uno.
Ahora le ha tocado a Roma, antes fueron París, Barcelona, Oviedo o Londres. ¿Cual será la próxima?.
Vamos a disimular,… pero que no abuse.
Ángel Lapresta: Cinéfilo del siglo veinte 
Vale, sin verla ya se q voy a estar de acuerdo :-) Pero la voy a ver, claro, y asi contribuyo a la jubilacion d Mr.Allen, tan ricamente…
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Sin la menor duda xD
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Esta película tiene opiniones muy divididas, pero creo que quienes son seguidores de hueso colorado de Woody Allen no estuvieron del todo contentos con el resultado de To Rome with Love, es una comedia que tiene buenos matices pero en lo personal tampoco al considero de lo mejor que ha hecho este director.
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