Llanto por un bandido

Ayer, viernes 10 de febrero, falleció Carlos Saura y quiero recordarlo aquí, rescatando una de sus primeras películas “Llanto por un bandido”, su segundo largometraje que puede que sea el más ignorado de aquella primera parte de la carrera del director más representativo de la oposición a la dictadura, en el tardofranquísmo de los sesenta.

Si su primer film “Los golfos” que bebía directamente del neorrealismo, trasladado a la miseria española, fue ninguneado y boicoteado por la censura, siempre afín al régimen, impidiendo que se distribuyera por los canales convencionales; este segundo, fue directamente la industria la que no apostó por el cine del director oscense ya desde el propio rodaje, escatimando medios o manipulando el montaje, lo que dio como resultado positivo, que decepcionado, Saura no volviera a confiar en la mercadotecnia y controlara todo el proceso de creación a partir de su tercer y exitoso trabajo “La caza”.

Pero volviendo al film que nos trae. En realidad Carlos Saura se pasó media vida, —hasta la muerte del general—, tratando de camuflar sus discursos políticos ante los retrógrados censores. Junto con Mario Camus, aquí desarrollaron la idea de trasladar los conflictos de la España de aquel momento, a la época de principios del siglo XIX bajo el reinado de Fernando VII, enfrentado con el movimiento liberal de aires más europeos. (Esto lo dice la película, no es que lo sepa yo, claro).

A esto se unen las correrías por Sierra Morena del, en principio, vulgar bandolero José María “El Tempranillo”, que se mezclan con los enfrentamientos del ejercito regular y los guerrilleros liberales. El final que tuvo el popular protagonista salteador de caminos, parece que no está claro, así que los dos guionistas se inventan uno, que no queda mal para los intereses políticos del relato.

Como decíamos, la película no se entendió ni como film de aventuras, ni como alegato político disimulado, así que fue un fracaso tanto comercial como de crítica. Su autor siempre la reconoció como un proyecto malogrado, sobretodo por la falta de confianza, y por tanto de medios, por parte de la productora (José Luis Dibildos). Aunque podríamos añadir también que solamente era su segundo largometraje, lo que hace sospechar que la falta de experiencia, tanto para enfrentarse a los intereses empresariales de una coproducción internacional, como para dirigir técnica y artísticamente el film, algo tendrían que ver, quizás.

Como dato curioso, el apoyo incondicional de su reconocido y admirado maestro Luis Buñuel, que hace un pequeño papel de verdugo al principio de la película, eso sí, según el guión original, muy recortado por el esmerado censor.

2 respuestas a “Llanto por un bandido

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  1. La censura de entonces, mala como todas las censuras, logró sacar inventiva e ingenio entre los creadores, la censura de ahora, que empieza por disimularse llamándose lo políticamente correcto, se queda solo en lo malo de la censura, la autocensura y me temo que no va a despertar la creatividad de nadie. DEP Carlos Saura.

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