El insulto

La película libanesa “El insulto” del director Ziad Doueiri, es una película sencilla, que a través de una historia sin aparente importancia, nos dice lo que nos quiere decir.

El relato se desarrolla en un Beirut habitado en sus dos terceras partes (según el film) por refugiados palestinos, desde hace décadas. Concretamente, en la memoria de los protagonistas, todavía perdura el conflicto de 1976, con la consiguiente masacre por parte de ambos bandos, palestinos y libaneses.

Personalmente recuerdo que en los tiempos anteriores al empeño de islamización radical de todo el mundo árabe por parte de los más fundamentalistas, aquel pequeño país era llamado “la Suiza de Oriente Medio“, por la seguridad que ofrecía su sistema financiero, lo que reportaba un nivel de vida alto, de negocios rentables, de seguridad, en fin, de similitud con la Europa que se tomaba como referencia.

Pero, —en dos pinceladas—, el enfrentamiento árabe/israelí en 1967 (curiosamente cuantificado en 6 días), o el posterior derrocamiento del Sha de Persia por los ayatollah, o las continuas guerras civiles en la zona, entre unas facciones y otras; sumado a la presencia de los americanos y los soviéticos, —siempre oportunos—, acabaron por cronificar un enfrentamiento generalizado, unido a los intereses mercantiles del petróleo.

Volviendo a la historia, centrada en los problemas de un Líbano, aparentemente pacificado y en vías de recuperación, donde unos personajes —uno ciudadano libanés, otro palestino—, se enfrentan por un nimio altercado. Ambos vivieron aquel ya lejano 76, pero el trauma producido en una población civil, llamémosla occidentalizada, unido a la ocupación de echo de los refugiados palestinos, —musulmanes sin país a la fuerza—, y ahora afincados definitivamente en casa del vecino, acaba por convertirse en un desencuentro continuo, como refleja el film.

Empezaba diciendo que era una película sencilla, sencilla en su forma cinematográfica, pues parece querer centrarse, no tanto en los aspectos artísticos, como en el relato de una realidad actual incómoda, insoportable para unos y otros, incluso al margen de los conflictos armados habituales en la zona.

Así pues, no esperemos una obra preciosista, pero sí un alegato en la voz de generaciones nuevas, de una situación incomprendida, o más bien abandonada, por parte del primer mundo. No sale en los informativos,… pues no existe

2 comentarios sobre “El insulto

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