
De vez en cuando aparece una de esas películas pequeñas, —o más bien solamente de presupuesto pequeño—, que a base de alma se convierten en encantadoras piezas de arte. Es el caso de la debutante sevillana Celia Rico, que en su primer largometraje «Viaje al cuarto de una madre«, llega a lo más profundo de los sentimientos de forma contundente.
Como suele ser bastante habitual en las óperas primas, el film parece que está basado en parte, en experiencias propias de la directora, lo que suele dar un punto de autenticidad al guión. En el film, nos cuenta el doloroso momento en el que los hijos abandonan el hogar. El miedo a lo desconocido por parte de unos y la soledad por la otra parte.
En este caso, una madre y su hija viven solas por haber fallecido el padre recientemente, la comunión entre ambas es total, dentro de un natural ambiente triste y depresivo, más en una pequeña localidad sin demasiadas alternativas. Un día la muchacha decide que debe buscar nuevos horizontes, como corresponde a su juventud. Y lo que en principio parece abocado a un abismo de soledad, el sutil optimismo del desenlace, nos hace comprender finalmente la necesaria apertura a esos nuevos horizontes para ambas mujeres.
Lo exiguo del presupuesto, hace que el rodaje se limite prácticamente a un escenario y dos actrices, lo que lejos de ser una merma, es aprovechado inteligentemente por la directora para ahondar en los sentimientos más dolorosos. La interpretación tanto de Lola Dueñas, como de la joven Anna Castillo, resultan providenciales en una historia tan intimista, austera y personal como ésta.
Leo por ahí que no ha gustado a un considerable número de espectadores, quizás el ambiente triste, el ritmo pausado o la temática nada complaciente, lamentablemente habrá hecho que el público no identificado con el tema haya acabado en los brazos de Morfeo, calificándola de lenta, aburrida o ñoña. Pero desde luego, las personas que hayan vivido las inevitables circunstancias del relato: el vértigo a la vez que la imperiosa necesidad de abandonar el hogar de tu niñez como ley de vida; o en el lado contrario, ver desaparecer un día tras la puerta que se cierra a aquel bebé que ya se ha hecho adulto, y tras la cual se es consciente de golpe, que desaparece una buena parte de tu vida; a estas personas sí les va a gustar esta pequeña y aparentemente sencilla película.

El hecho de ser una ópera prima, el estar basado en vivencias propias, y la no necesidad de justificar grandes ingresos de taquilla, como decía, suele ser motivo de resultados libres e interesantes en los primeros trabajos, esperaremos al discurrir de la prometedora carrera de la autora para —ojalá— consolidar esta primera impresión.
¿A quién no le ha gustado? ¿A quién? ¿a QUIÉN?? jajajajaja Pues yo la recomendé por todos lados. Me fascinó!
Tan sencilla y tan potente. Y si, uno fue hija que se ha ido a otro lado, y es madre que ve crecer de manera repentina.
Pero que película! Se agradece tanto que haya estas cintas. Ojalá se encontrarán más a menudo.
Me alegra escuchar que te ha gustado!
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Sabía que gustaría.
Me sorprendieron los comentarios negativos, o poco positivos, en Filmaffinity.
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Me ha venido a la cabeza aquella canción del Sargent Peppers de los Beatles: She’s leaving home.
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Lonely hearts club band
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