
Nueva entrega del serial Woody Allen, esta vez en su versión pseudo-dramática. El título, «Wonder Wheel» —por aquí, la noria de las ferias—, ya nos dice que el bueno de Woody vuelve de vez en cuando a su más melancólico ambiente, desde aquel ya lejano «Take the money and run«.
Ninguna novedad con respecto a películas similares en su filmografía, como era de esperar a estas alturas. Un drama de enredo, o una comedia de enredo disfrazada de drama, como queramos, porque el director neoyorquino está claro, que nunca —o para ser exactos, casi nunca— le abandona ese aroma de comediante.
Una trama trepidante de cuernos y gánsteres, poco original pero correcta, con alguna genialidad en el guión (una), y a la que le sobran veinte minutos; se desarrolla dentro de unos decorados y una fotografía de Vittorio Storaro que resultan ser lo más notable del film, y cuando estos aspectos son los más notables… es que el proyecto ha quedado algo flojo por el camino.
Lo previsible del desenlace, o la histriónica actuación de la estrella-reclamo Kate Winslet, totalmente pasada de revoluciones, nos dejan una película entretenida, que no es poco, pero que no ayuda a dejar que añoremos tiempos mejores.

Es posible que esta sea la última película de Woody después del lío de la denuncia por abusos de su hija y no es la que mejor sabor de boca deja. Como dices, buena fotografía y en su línea, pero llega a aburrir.
Me gustaLe gusta a 1 persona