
Ante todo, recordar que «La la land» (Ciudad de las estrellas), es el clásico film musical sin más, y cierto es que así nos lo venden.
Un musical al más puro estilo de Hollywood, esto es, calcado a aquellos de Fred Astaire y Ginger Rogers; y de los que de tiempo en tiempo, desde que descubrieron que se podía cantar en las películas, en aquel «The jazz singer”, se encargan de recordarnos.
También tengo que confesar, que a mí no me gustan nada estos musicales tan conservadores. O sea, que al que le gusten los musicales al más puro estilo tradicional, seguro que tendrá menos prejuicios que yo para opinar.
Decir solo que —aunque en su modesto primer largo “Guy and Madeline” ya apuntaba maneras—, después del potente «Whiplash«, esperaba de Damien Chazelle algo menooos… digamos… onírico.
A mi dame por un lado la música y por otro el cine, que juntos … es como la ópera, que hay que echarle ganas.
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