
La tercera película en discordia, la tercera porque tenía que haber tres. Nombrar candidata para los Oscar directamente a una sola parecía un poco déspota, aunque ya estuviera todo el pescado vendido de antemano. Cosas del marketing.
El segundo largo de Paula Ortiz, «La novia«, efectivamente, estaba en la terna de posibles candidaturas a las estatuillas doradas, pero, aunque estuviera de relleno, siempre es un reconocimiento a que el trabajo ha sido uno de los más considerables del año.
Para mí, personalmente, no son de mis favoritas estas películas que se apoyan en textos clásicos que no admiten discusión, filmados con escrupuloso y exquisito gusto, sin salirse ni un ápice de los cánones más escolásticos. La fotografía, la puesta en escena, los actores, la música, todo perfecto, un producto de manufactura sobresaliente… pero tanta perfección tiene el peligro de acabar en un relato excesivamente formal, frío y sin alma; aunque en este caso, especialmente tórrido, pueda resultar paradójico.
La interpretación que hace la directora aragonesa de la archiconocida obra de Lorca, “Bodas de sangre”, a primera vista resulta impactante por su cuidadísima estética y su magnífica factura, que no es poco; pero más allá, tendrán que opinar los «lorquianos» más avezados sobre el resultado poético de fondo. Porque yo de letras, pocas, y en cuanto a cine, en su día, simplemente me pareció «muy bonita«. Poco más.

Pues a leer el libro a ver si da algo más lindo :P
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