A propósito de que llega el invierno –como diría aquél–, y con él, la temporada de festivales, premios y demás mandangas de la mercadotecnia, la industria (industria) del cine aprovecha a veces, para darle una segunda vida a productos que no disfrutaron precisamente de una feliz primera oportunidad.
Es el caso del último trabajo de Gracia Querejeta “Felices 150”, que como esta primavera pasó sin pena ni gloria, pues insistimos y la promocionamos para la terna de los Oscar, incluso sin posibilidad alguna. Que hablen, aunque sea mal.
El tema del film, por manido, aburre ya solo de contarlo. Un grupo de amigos cuarentones, reunidos durante un fin de semana en un paraje aislado para celebrar cualquier cosa. La situación inicial de “buenrrollismo”, va evolucionando negativamente conforme avanza la convivencia, agravada por situaciones inesperadas. En fin, todo un clásico.
Un guión que hemos visto repetido en multitud de ocasiones, más propio de las tablas que de la pantalla, y que además de no aportar nada nuevo, ni acaba de ser un estudio más o menos serio de la psicología de sus personajes, ni llega al simple film de género, ni de suspense, ni de cine negro, ni de thriller, ni de ná.
Gracia Querejeta, con todos los medios a su alcance –o al menos, más de los habituales para el común de los mortales–, de la mano de su recordado progenitor, prometía seguir la saga con buen pié, pero me temo que a estas alturas ya… pues, no.
Dando vueltas alimenticias por televisión, por el mundo del corto, el documental y de vez en cuando por la ficción, no ha acabado de consolidarse en un oficio en el que se esperaba bastante más de la hija y heredera cinematográfica «de».
Quizás sea por eso.
Ángel Lapresta: Cinéfilo del siglo veinte 
¡Qué duro! Se estrenan cosas mucho peores en España y encima tienen éxito. El guión es flojo y absurdo, pero por ver a Maribel Verdú ya vale la pena que digbifica todo trabajo. Saludos
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