
Poco amante de los «biopic«, tenía interés por ver cómo afrontaba Mike Leigh, la figura del pintor William Turner. Esperaba que la calidad del director británico, nos ofreciera algo más que un relato lineal de la supuesta vida de un supuesto personaje. Y hasta cierto punto así es.
En «Mr. Turner«, Leigh trata de pasar por encima de anécdotas superfluas, para centrarse en dibujar los rasgos básicos de la personalidad del pintor, que directamente pudieron influir en su genial obra. Por supuesto una obra adelantada a su tiempo que solo a partir de la llegada del impresionismo fue reconocida en toda su valía.
Además de la excelente interpretación de Timothy Spall, —uno de los habituales del director—, la gran labor se centra en lograr una fotografía que nos traslade a la visión que el pintor tenía de la naturaleza. Ambas cosas, —personalidad y visión artística—, están aceptablemente conseguidas. Y lo estarían más si el director hubiera tenido más claro el espíritu de síntesis que debe impregnar toda obra cinematográfica.
Es una pena que aun partiendo de tan excelentes ingredientes, el film resulte desesperantemente interminable, tanto por su metraje, como por la reiteración de situaciones; además de una media hora inicial totalmente convencional y prescindible, en la que el film no avanza en absoluto. Si acompañamos el resto de la narración de un ritmo tedioso, haremos inevitablemente que el espectador acabe deseando que el protagonista termine de morirse de una vez, para irse a cenar.

En conclusión, la idea de reivindicar a un pintor popularmente poco conocido desgraciadamente; limitar sus datos biográficos a lo más imprescindible, e impregnarnos de su luz, indiscutiblemente es una idea brillante, pero que a Leigh, o le ha quedado grande, o se le ha ido de las manos. Porque resulta paradójico, que el tratamiento de la vida y obra de un artista de vanguardia en su tiempo, al final, sea correspondido con una solución escénica de lo más convencional. Turner se merecía algo más atrevido quizás (Museum hours, Russian ark).
Espero que el cambio radical de estilo del director para este trabajo, no sea más que un ejercicio para «limpiar la paleta«, como dirían los pintores, y que en sus obras próximas regrese a la intimidad de sus personajes sencillos y profundos. Me gustan más.
Es curioso, la vi hace una semana y me dio la sensación que aunque la fotografía es buenísima y la actuación de Spall está bien… la película se pierde un poco. Me da la sensación que no tenían demasiado claro que hacer con tanto metraje, y lo peor que su estructura narrativa no funciona. La película avanza a fogonazos y entre momentos interesantes vemos una y otra vez a Turner y al paisaje como excusa.
Es una lástima porqué si todo se hubiera condensado, hubiera podido quedar una gran película.
Saludos ;)
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Totalmente de acuerdo, y es una pena porque habitualmente me gusta el director
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Pues si los dos piensan lo mismo yo al veré algún día, lejanooo
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Pero muuuuy lejano, jaja
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