¿Oportunista?, sí, claro. Con esta movida bi-papal, la otra tarde se me ocurrió volver a ver el film que el director/actor italiano Nanni Moretti presentó hace ahora un par de años «Habemus papam«. Casualmente eligieron al jefe durante mi visionado. Profético.
Como ateo practicante toda esta parafernalia me debería dar igual, y de hecho no me levanta ningún entusiasmo, aunque sí bastante preocupación al ver el efecto mediático de semejante teatro medieval.
Como otras muchas organizaciones, (mafias, logias, etnias, lobbies empresariales, organismos financieros, militares, y naturalmente las religiones con sus correspondientes sectas), constituyen verdaderos estados paralelos, que utilizan a los estados oficiales como cortina de humo de primera fila, desde donde se ejecuta el trabajo sucio, con la natural connivencia del político de turno. Estas asociaciones trabajan sus verdaderos objetivos cómodamente en segunda fila, al margen de la opinión del ciudadano y disfrazando su verdadero fin de cualquier cosa, en este caso de milenaria fe, que gentes de buena voluntad aceptan como principio de su conducta. El miedo disfrazado de amor celestial.
El film del director italiano se toma esto a cachondeo, un humor que podrá gustar más o menos (inolvidable Roma de Fellini), pero que, al final, se queda solo en la anécdota de unos curas vestidos de bombón de licor, chimeneas binarias, o esos ridículos soldaditos como figurillas de Lladró trasnochadas. Las ceremonias intactas desde hace siglos, nos presagian un inmovilismo de película de terror. El secretismo, la impunidad, las prácticas antinaturales, la eliminación de corrientes peligrosamente ingenuas, las finanzas absolutamente opacas, las influencias trasversales a nivel mundial; a poco que razonemos encontramos a la iglesia como lo que es, otro estado multinacional más, sin ubicación territorial, porque no la necesita, o porque, en realidad, la metástasis es universal.
De aquí, que mi ateísmo no pueda ser más que una postura hacia la propaganda oficial que nos muestran, –si hay o deja de haber–, nunca contra las verdaderas motivaciones que estas nimiedades nos ocultan: la influencia y el poder en el orden mundial (El Padrino III, El cardenal).
Difícilmente, pues, se puede estar al margen de todos esos monstruos de infinitos tentáculos, que son los que en realidad manejan y exprimen nuestra breve existencia por este hermoso y materialista planeta. Todas teorías son muy bonitas, incluso ésta de hombre de poca fe, la realidad solo la intuimos… si nos dejan… un poco.
Ángel Lapresta: Cinéfilo del siglo veinte 
La iglesia es como la General Motors, un estado poderoso que se extiende por muchos estados, como tu has dicho. Pero no compares como me organiza la iglesia el relevo del Papa a como cambia de Presidente la GM: colorido, orden, publicidad, fastos y ceremonias. En eso se nota la mayor experiencia. Y ni siquiera tienen que disimular haciendo coches como la GM. Amen.
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Por cierto, desde que el Papa es argentino se dice «habemus pampa», que lo sepas.
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Es que con la iglesia hemos topado, amigo Sancho.
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Ay Angel!!! A mi la peli me encantó!!! Todavía pienso cómo puede ser que algo que no pasa en cientos de años, haya pasado en tres años aproximadamente, en una película y en la vida real jajaja
En fin, sobre la religión, opino parecido. No es ella la que hace las cosas, sino los hombres, y de los hombres ya hemos hablado, que para confiar hace falta más que palabras.
Ahora bien… todo tu post, como siempre muy contestatario, se me cae en carcajadas internas (a las que me tenes bastante acostumbrada) con solo una oración. «vestidos de bombón de licor» JAJAJA Por eso solo, tu reseña es sublime jajaja Moretti un poroto al lado de tus ocurrencias ;)
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Era yo :P
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No podías ser otra ;)
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