La isla de hierro, oxidado

Mientras en una parte del mundo celebramos no sé muy bien el qué, en muchas otras bailan al son de otros ritmos, precisamente no tan optimistas, –si es que queda alguno optimista, hoy en día–. El cine en países, en los que precisamente no es prioridad la velocidad de internet, o el diseño de la moda que viene, ni siquiera el trabajo, porque nunca lo han tenido, sigue predicando sus carencias sociales, políticas, culturales, humanas, y no sé si hay más, en tal caso también.
Una pequeña película, –como no, iraní–, traducida como «La isla de hierro«, del director Mohammad Rasoulof (naturalmente desconocido), nos narra una fábula, en la que, en clave de metáfora, denuncia la situación de aislamiento de un mundo tan temido como explotado.
El cuento, nos narra una hipotética sociedad sin país ni territorio, que sobrevive en un viejo y oxidado barco (petrolero) en medio del mar. Todo un mundo de alegorías, nos traslada de forma simbólica a la vida real de la sociedad iraní, (y tantas otras).

Encerrados en una mísera autarquía, dirigidos paternalmente por un redentor de patrias, ni soñarán sus habitantes en otra clase de existencia. El aislamiento será la pieza clave para la subsistencia del invento.
Ingenioso grito de desesperación por parte del autor del film, que por aquí, como parece que nos queda distante, y además se repiten cansinamente de vez en cuando, lejos de conseguir su propósito de concienciar la falta de libertades, posiblemente acaba produciendo un rechazo a tanto «moro pesado«.
Y es que por estos lares, a pesar de que la situación de manipulación e ignorancia no es muy diferente, estamos más por la fiesta. Carpe diem, y mañana dios proveerá.

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2 comentarios sobre “La isla de hierro, oxidado

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  1. Parece muy bueno el tema, se ve interesante, como siempre la línea divisora de a quien le creemos o a quien no, es subjetiva, cuantos se tragan el cuento de un farsante o peor confunden a alguien franco con un proveedor de moralina, es la idiosincrasia de la vida, solo queda la convicción y la verdad a flor del tiempo. Pero que sea una cinta pequeña y en un lugar donde poco provecho económico se puede obtener la hace como has dicho un verdadero grito de desesperación, y aunque también algunos aprovechan para atacar al enemigo, Iran para muchos lo es, creo que lo que debe primar es la denuncia de alguna iniquidad o injusticia y éste parece ser un gobierno muiy proclive a ello. Me anoto la cinta a ver si hay suerte, me parece muy buena recomendación. Saludos.

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