DIRECTOR: Polansky, Roman
PAIS: Polonia
AÑO: 1966
DURACION: 110 min
INTERPRETES: Donald Pleasence, Francoise Dorleac, Lioner Stand
Tercera película, también de factura inglesa, del polaco Roman Polanski.
Rodada en un impecable blanco y negro, nos cuenta una más que extraña historia de un matrimonio, aislado en un pequeño castillo junto al mar, el cual queda incomunicado cada día al subir la marea. Una tarde reciben la inesperada visita de dos delincuentes que andan huyendo, uno de ellos morirá, y el grupo quedará deducido a un enigmático trío, en base al que se desarrollará la trama.
El ambiente, absolutamente claustrofóbico, nos retrotrae inevitablemente al otro triangulo de su primera película “El cuchillo en el agua”. Aquí, sin embargo, el papel femenino cobrará mayor importancia al tratarse de una joven (al parecer exprostituta) a la que los hombres no le resultan precisamente indiferentes (contraste con su anterior trabajo “Repulsión”).
Los personajes masculinos, también completamente diferentes, un brutal delincuente, frente a un marido débil y apocado, desembocará en una serie de acontecimientos, totalmente improbables y difícilmente comprensibles,… si es que Polanski pretendía algún significado, ademas de asfixiarnos visualmente.
No obstante, la película, pese a su extraña perspectiva, muestra un relato subyugante, incluso surrealista, con unos personajes llevados al extremo, pero con un desarrollo cinematográfico perfecto.
El final de cada uno de los protagonistas, sobretodo la escena que cierra el film, nos da el sentido justo de su título.