DIRECTOR: Ford, John
PAIS: USA
AÑO: 1961
DURACION: 109 min
INTERPRETES: James Stewart, Richard Widmark, Linda Cristal
Concebida por la productora, en principio, como un simple “remake”de “Centauros del desierto”, Ford, recurriendo a su genialidad, convierte a “Dos cabalgan juntos”, en un sustancial complemento de aquella.
Con el final de la guerra contra las tribus indias, grupos de colonos, reclaman la mediación del ejercito, para tratar de recuperar los niños raptados por aquellos, años atrás. La imposibilidad política de una intervención oficial, obligará a recurrir a la figura de un antiguo traficante de armas, con gran experiencia en el trato con los indígenas, y sin demasiados miramientos éticos o económicos.
Si en “Centauros del desierto”, la misma búsqueda está impulsada por la venganza y el odio entre los pueblos –colonizadores y colonizados–; aquí, el humor irónico del viejo Ford, impregna el desarrollo de la aventura. Ironías sobre el acomodamiento y la prepotencia de una sociedad, que ha logrado “pacificar” a los indios. Amargas ironías sobre la decadencia de su admirado ejercito. Ironías, sobre el naciente y arrasador mercantilismo, del que sacarán provecho los que menos escrúpulos demuestren.
Mientras el desarrollo del primer film, resulta más duro, pero con final feliz. Será en la última parte de “Dos cabalgan juntos”, -cuando se acaba el tono amable-, cuando Ford arremeta con total crudeza, contra unos principios, en los que se hacen patentes, el individualismo, la corrupción, o el racismo.
Resulta inevitable, establecer un paralelismo, entre la figura de Ford, con los personajes de James Stewart y su “alter ego” Richard Widmark. El primero, esquivo a todo compromiso abierto. El segundo, guardará el inocente ideal fordiano, tantas veces reiterado, de la familia, la solidaridad, la amistad,…
Desde una y otra faceta, habrá de renunciar a integrarse en una nueva masa social, que ya no lo necesita, y en la que no caben sus viejos valores.