DIRECTOR: Weir, Peter
PAIS: USA
AÑO: 1982
DURACION: 110 min
INTERPRETES: Mel Gibson, Sigourney Weaver
Peter Weir, director australiano con un estilo centrado en las bases del cine americano, afronta en su obra, siempre de una forma “disciplinada”, la denuncia de problemáticas candentes en el mundo actual.
En “El año que vivimos peligrosamente”, sitúa la acción en Indonesia –o en cualquier país de oriente– para reflejar los problemas políticos y sociales de aquella parte del mundo.
La historia se apoya en el círculo de periodistas y diplomáticos occidentales destacados en la zona. La alternante perspectiva que nos da el director, bien sea desde la colonia huésped, bien desde los propios nativos, hace más evidente el problema latente en la zona, enfrentándolo al más absoluto desinterés (o excesivo interés) del mundo occidental, allí mismo desplazado.
El film terminará, cuando se produzca una de las interminables revueltas y golpes de estado, en la que la violencia y la muerte se adueñarán de las calles… y de los indígenas, mientras la colonia extranjera regresará a sus países en una atropellada huida.
La película, en realidad, trata de denunciar pues, la escasa implicación de los países desarrollados con los problemas del tercer mundo, pero el pobre vigor narrativo y las dispersiones amorosas y comerciales, hacen que el trabajo resulte mediocre. Y que solo señale tímidamente la punta del problema que emerge del océano humano que es, en este caso, el Asia Oriental.