DIRECTOR: Truffaut, Francois
PAIS: Francia
AÑO: 1969
DURACION: 83 min
INTERPRETES: Francois Truffaut, Jean Pierre Cargol, F. Seigner
La variedad temática y formal que Francois Truffaut recorre a lo largo de su filmografía, se ve corroborada en “El pequeño salvaje”, un film singular en su carrera, que basándose en hechos reales ocurridos a finales del siglo diez y ocho, propone la eterna pregunta acerca del comportamiento del hombre: se nace, o bien se hace.
En el bosque junto a un pequeño pueblo francés, los campesinos encontraron a un pequeño de doce años, que había sobrevivido milagrosamente en estado salvaje durante este tiempo, al ser abandonado allí al nacer.
Unas primeras observaciones, apuntan hacia una irreversible falta de inteligencia y una ausencia sensorial. Una situación que colocaría al muchacho junto a la escala de los animales con los que había convivido.
Uno de los profesores que analiza al chico, discrepará de esta teoría, y dedicará su trabajo a que el “enfant souvage” aprenda a los doce años, lo que los demás niños comienzan a aprenden desde su nacimiento.
Interesante especulación sobre la teoría ambientalista, esto es, nacemos con un cierto potencial intelectual, que se desarrollará de una u otra forma dependiendo de la educación y el entorno en el que hayamos crecido.
En este caso, el film, parece postular que la teoría, en principio, funciona, pero el final terminará sin aclarar, hasta qué punto. Los estímulos recibidos en los primeros años de la vida, ¿dejarán una huella imborrable que condicionará el desarrollo posterior?.
El film, formalmente clásico, y aunque en su formato de época pueda parecer, como dijimos, singular, no lo es tanto en su planteamiento semántico, su temática entroncaría directamente, –aunque aquí llevada al límite–, con las infancias problemáticas de “Los 400 golpes” y la saga de Antoine Doinel, así como posteriormente, en la versión, llamémosla, contemporánea en “La piel dura”.
En la mente de Truffaut, al menos en parte, sí parecen persistir sus fantasmas infantiles.