DIRECTOR: Ford, John
PAIS: USA
AÑO: 1960
DURACION: 107 min
INTERPRETES: Jeffrey Hunter, Woody Strode, C. Towers, B. Burk
No cabe duda, que con el paso del tiempo, la obra de Ford, se va haciendo, sino más comprometida, si más evidente. Quizás por el escepticismo propio de la edad, quizás por las nuevas tendencias culturales, más directas y reivindicativas.
Así, “El sargento negro”, es una abierta denuncia al racismo. Aunque el argumento, esté ubicado solo veinte años después de la abolición de la esclavitud, como es habitual en el cine de Ford, la denuncia se extiende a un siglo más tarde, cuando se estrena el film.
Recurriendo espléndidamente a un continuo flash-back, Ford nos traslada, a modo de ensueño ideal, a la lírica de su mitificada caballería, como ejemplo de convivencia. Sueño contrastado permanentemente con la cruda realidad de un jurado –perplejo ante la inicial declaración de inocencia–, dispuesto a condenar a un hombre, que tiene el agravante de ser negro.
Aunque la película conserva el delicado tacto de Ford frente al espectador, intentando no exponer sus planteamientos crudamente. Y aunque su final tenga que ser obligatoriamente feliz, en semejante cuento de hadas (en forma de teniente), el director, procura separar perfectamente la realidad de la ficción.
De este modo, la milagrosa aparición del humanitario, justiciero y guapo oficial que asume la defensa, pone en duda, que el desenlace de la mayoría de los procesos (sin el teniente Cantrell), no resulten muy diferentes al de este sargento de color.