DIRECTOR: Gutierrez Alea, Tomas
PAIS: Cuba
AÑO: 1993
DURACION: 111 min
INTERPRETES: Jorge Perugorria, Vladimir Cruz, Mirta Ibarra
La fructífera colaboración del cine latinoamericano con productoras y televisiones del viejo continente, tendrá una de sus máximas recompensas en la recuperación, ya en su vejez, del antiguo militante castrista Tomás Gutiérrez Alea.
Dedicado toda su carrera a un cine político, ahora en sus dos últimas películas, –que debido a su edad y precaria salud, deberá codirigir con Juan Carlos Tabio–, predomina un estilo conciliador, y en clave de comedia costumbrista, trata de ofrecer el rostro más amable de su Cuba comunista, poniendo énfasis en los desajustes sociales derivados de las posturas más sectarias y dogmáticas.
Para evidenciar esta pluralidad, hace coincidir un joven militante adoctrinado en las más rígidas normas del partido, con un intelectual homosexual, católico y, sin dejar sus convicciones sociales, abierto a la libertad del individuo, por encima de consignas partidistas.
En una sucesión de equivocas situaciones, Gutierrez Alea describe la vida “real” de un pueblo cubano, que está condenado a convivir con la escasez, debido al bloqueo comercial de sus enemigos acérrimos, los Estados Unidos. La picaresca, las relaciones espontáneas, la amistad, bien sea con gays, prostitutas o traficantes, acabarán superando las férreas consignas del partido único.
Lejos de constituir una denuncia a las practicas dictatoriales del régimen, la película acaba resultando una propaganda sobre las bondades del sistema, por el método que tantas veces ha recurrido el viejo Hollywood, esto es, autodenunciar suavemente los defectos más evidentes, en un ejercicio de redención, en el que naturalmente se van a obviar los aspectos más espinosos y sangrantes.
La excelente realización del viejo realizador, una atractiva ambientación en la Habana antigua y un Jorge Perugorria en su mejor momento, hace que el film se vea con agrado, la atención se centre el la historia y nos olvidemos del mar de fondo que acabará agitando las tensas aguas caribeñas.