DIRECTOR: Bergman, Ingmar
PAIS: Escandinavia
AÑO: 1971
DURACION: 112 min
INTERPRETES: Max von Sydow, Bibi Andersson
Parecía inevitable que tras lo éxitos cosechados con sus últimas producciones Bergman no fuera tentado por el mundo de Hollywood, así pues con «La Carcoma» confirma su experiencia en el mundo del cine estadounidense.
Al contrario que otros directores, el sueco se limitará a reproducir su cine, con su estilo, incluso con su equipo habitual, sin ninguna concesión al mundo de las grandes producciones.
Así pues en «La Carcoma», continua con su discurso de esta época, en el que las inquietudes personales, las relaciones humanas y singularmente de la pareja, parecen preocupar el concienzudo cineasta.
El film comienza recordándonos un tema común el la filmografía de Bergman: la muerte. Karin la joven esposa de un acomodado matrimonio, con un marido psiquiatra prestigioso y dos hijos modélicos, en una situación perfectamente ordenada, se enfrentará con la muerte de su madre, experiencia que le hará tomar conciencia de la efímera realidad de la vida.
En este trance conocerá a un arqueólogo, que casualmente había sido paciente de su marido, por un intento de suicidio. Éste se enamorará impetuosamente de Karin, quien, tras el trauma existencial por la pérdida materna, aceptará la aventura, a pesar del distinto enfoque a la situación de ambos protagonistas.
Un amante apasionado y posesivo, una Karen que se deja llevar por el vértigo de la experiencia más que por el amor, y un marido que representa la educación y las buenas costumbres de una sociedad civilizada, acabarán poniendo a la joven en la tesitura de elegir entre el esposo convencional que comprende un fugaz devaneo, pero que reclama una postura definitiva y estable, y la atracción hacia la vehemencia de una relación, al límite hasta la violencia, que mira más hacia el sí mismo de los individuos, que hacia una relación de pareja.
El final para Begman: imposible. La soledad será el producto inevitable del individualismo, entendido como una falsa libertad.