DIRECTOR: Welles, Orson
PAIS: USA
AÑO: 1947
DURACION: 90 min
INTERPRETES: Orson Welles, Rita Hayworth, Evertt Sloane, Glenn
En pleno descenso a los infiernos del rechazo y la marginación, por parte de aquella industria que años antes le había mimado como a pocos, Orson Welles, de nuevo dentro del género negro, rodeándose de asesinatos, tramas escabrosas y amores imposibles, rueda una de sus obras consideradas como menores en su filmografía, “La dama de Shanghai”.
Aprovechando su maestría en la creación de ambientes barrocos, con su inconfundible iluminación expresionista, y junto al mito erótico y ex-esposa Rita Hayworth –a la que se permite el lujo de desmitificar, al dejarle morir despreciada como un delincuente–, construye una historia de truculentos asesinatos, que a la postre, acabará resultando excesivamente confusa y difícil de seguir.
Pero, quizás, para él, tampoco tuviera gran importancia la complejidad del relato, en tanto en cuanto, solo había de servir como soporte, a otra de sus habituales críticas hacia la poderosa maquinaria de la plutocracia. Esta vez, personalizada en los representantes de la justicia.
Dos prestigiosos abogados y la esposa de uno de ellos, que tratarán de utilizar para sus pragmáticos fines, a cualquier ingenuo que se preste. Que utilizarán la justicia –con una cínica puesta en escena de su juicio– como les venga en gana, y que no dudarán en acabar asesinándose los unos a los otros, ante la mirada de desprecio de aquel ingenuo, que solo pretendía el imposible de ser independiente y libre.