DIRECTOR: Ford, John
PAIS: USA
AÑO: 1949
DURACION: 104 min
INTERPRETES: John Wayne, Joanne Dru, John Agar, Ben Johnson
Como una continuación a su legendaria “Fort Apache”, en la que John Ford relataba la vida en la frontera, haciendo hincapié en el respeto (o la falta de él) a las culturas tribales, “La legión invencible” incide en el mismo tema, pero observado desde el punto de vista del mítico ejercito de caballería, tan castigado y tan ignorado por los estamentos del poder, como los propios indígenas.
Así pues, “La legión invencible” se convierte en un homenaje a la vida cotidiana y anónima en los puestos fronterizos, una vida de aislamiento, sometida a la violencia de la legítima defensa de los pueblos nativos. Una sociedad forzosamente cerrada, que conformará en sí misma una gran familia, que acogerá sin reparos, a los más diversos y desarraigados grupos de individuos.
Aprovecha, de paso, para hacer una reivindicación, (sospechosamente personal), a la experiencia paternal, en la figura del veterano capitán Nathan (quizás el mejor trabajo de John Wayne), llamando la atención a las nuevas generaciones sobre la necesidad de reconocer el saber acumulado de sus mayores. Una filosofía, por cierto, plenamente asumida por las culturas aborígenes.
Por último, añadir, en que el brillante y sencillo testimonio al sacrificio, a la solidaridad, a los eternos valores familiares, que se desprenden de los primeros noventa minutos, queda obscurecido (es de imaginar que por cuestiones comerciales) en la última media hora, con la inserción de una serie de aventuras, sin venir a cuento, al más puro estilo de los westerns de serie B, que acaban eclipsando la sensatez del resto del filme (con peroratas patrioteras incluidas).
Quizás, el público no se podía ir de la sala, con su ídolo protector jubilado, sin rumbo, dejando paso a una juventud inexperta; tenía que terminar con una absurda heroicidad y con un extraño reconocimiento, nada menos, que por parte del presidente de la nación. A lo mejor por que era John Wayne.