DIRECTOR: Stone, Oliver
PAIS: USA
AÑO: 1987
DURACION: 115 min
INTERPRETES: Michael Douglas, Charlie Sheen
Después de décadas de reivindicar cambios hacia posiciones de prioridad a los valores humanos en el sistema social, después de haber quedado en el camino «beatniks», «hippies», «punkies» y demás tribus similares, a final de los ochenta, la batalla parece ganada de momento por el capitalismo mas duro y despiadado, en el que el fundamento de todo esfuerzo es amasar la mayor cantidad de dinero, y en el que el trabajo de producción es rechazado y suplantado por la especulación.
A este viejo carro monetarista, se apuntan buena parte de las nuevas generaciones, quizás, huyendo de la marginación y la incomodidad que ha generado siempre el nadar contra corriente, el tratar de romper lo establecido, o el crear vanguardias.
A los nuevos «filósofos» del dólar pertenecen jóvenes universitarios, generalmente tecnocratas, ambiciosos, hedonistas, a poder ser sin muchos escrúpulos morales, enamorados plenamente del consumo por el consumo y mas preocupados del aparentar que del ser, ésta nueva familia de sibaritas serán los bautizados como «yuppies».
La película de Oliver Stone dibuja crudamente éste mundo, un dibujo estremecedor como fondo de una mediocre historia, inevitablemente «a la americana», con malos muy malos, buenos muy buenos y arrepentidos muy arrepentidos a los que el paternal y justiciero estado democrático absolverá magnánimamente.
Este planteamiento excesivamente simplón haría de Wall Street poco mas que un telefilme, si no estuvieran perfectamente perfilados los personajes secundarios, su ambiente y su filosofía, convirtiéndose en los verdaderos protagonistas del aterrador discurso ultra capitalista que nos queda al final, aún a pesar de la abominable moralina de los últimos metros de la película.